15 años después

El 11 de septiembre de 2001 el mundo se quedó mudo frente al televisor, incluida yo.


Recuerdo perfectamente estar viendo las noticias y escuchar al locutor decir que se había estrellado una avioneta en una de las Torres Gemelas de New York. A partir de ahí era un no parar de asombrarme por la cantidad de acontecimientos que se sucedían en tan poco espacio de tiempo.
Tenía la sensación de que el mundo se había vuelto loco. Pero los locos eran una serie de "iluminados" a las órdenes del grupo terrorista yihadista Al Qaeda.

Dos aviones secuestrados fueron estrellados contra las dos torres gemelas del Word Trade Center provocando que ambos rascacielos se derrumbaran en las dos horas siguientes (también se vieron afectados varios edificios colindantes).

Mientras, un tercer avión secuestrado fue empleado para ser impactado contra una de las fachadas del Pentágono.
El cuarto avión no alcanzó ningún objetivo pero se estrelló en un campo cerca de Shaksville en Pensilvania (se cree que iban hacia el Capitolio).





Todo se saldó con la muerte de 2.973 personas, más de 6.000 heridos, 1.115 desaparecidos (sus restos aún hoy no han sido identificados) y 19 terroristas muertos.


Y 15 años después... la principal amenaza terrorista se llama Estado Islámico (EI) y ha ensombrecido el poder de la organización Al Qaeda.
Se autodenomina Estado pero funciona como un califato dirigido por un líder político y religioso de acuerdo con la ley islámica o sharia, que controla un territorio entre los Estados de Siria e Irak y que pretende reinstaurar un gran califato sobre el mundo árabe y territorios que han sido, en algún momento de la historia, dominados por la cultura musulmana.


Sus tácticas brutales (asesinatos en masa, secuestros de minorías religiosas, decapitaciones difundidas en las redes sociales,...) han dejado miles de muertos y  personas desplazadas.

15 años después, estamos como al principio o peor porque estos han aprendido de los errores de los otros.
Veremos si no nos quedamos otra vez mudos frente el televisor viendo una nueva barbarie.

PD: una muerte es igual de bárbara que miles de ellas