Día fantasma

El 29 de febrero es un día fantasma que aparece y desaparece de nuestro calendario (gregoriano) cada 4 años.


Todo viene por el desfase natural producido por la revolución no sincrónica de la Tierra en torno al Sol. Por ello el año solar (año trópico) no es igual al año terrestre (año sidéreo).
Para compensarlo cada 4 años se corrige el año calendario por una acumulación no contabilizada de aproximadamente 1/4 de día por año, que equivale a un día extra.

En la época de Julio César (año 46 a.C.) basándose en el calendario egipcio, se elaboró el calendario juliano o romano que añadía un día extra entre el 24 y 25 de febrero. Así el año duraba 365 días + 0,25 días excepto ese mismo (año 46 a.C) que duró 445 días para compensar e iniciar nuevamente de cero. Fue el año más largo de la historia y se le llamó "año juliano" o el "año de la confusión".

En 1582, el Papa Gregorio XIII asesorado por astrónomos y físicos, estableció que tras el jueves 4 de octubre de ese año seguiría el viernes 15 de octubre del mismo año. Con la eliminación de esos diez días desaparecía el desfase con el año solar.
En 1588 con la implantación del calendario gregoriano se modificó el día bisiesto sumando un día a febrero cada 4 años. Así el año dura 365,2425 días, cifra más aproximada al año trópico cuya duración es de 365,242198 días.

Ignoro el por qué hasta el año 2000 la Unión Europea no convirtió el 29 de febrero en día bisiesto oficial.


La peculiaridad de este día viene cuando se trata de celebrar el cumpleaños de los nacidos en este día.
Más de 4.800.000 personas, 32.000 en España, han nacido el día 29 de febrero.
La normativa civil española establece que a efectos legales los nacidos un 29 de febrero cumplen años a las 00:00 horas del día 28 de febrero en aquellos años que no sean bisiestos.
La realidad es que los nacidos este día celebran su cumpleaños cada 4 años y se auto-engañan diciendo que tienen menos edad por este motivo pero, desgraciadamente, el tiempo pasa igual para todos.