Poco me gusta celebrar “el día de…” porque pienso que deberíamos recordar todos los días lo que se recuerda en uno solo.
Ayer fue el Día Mundial de la Libertad de Prensa.
En
1993, la Asamblea General de las Naciones Unidas, a iniciativa de la UNESCO,
declaró el día 3 de mayo como el día en el que se reconoce la libertad de
prensa y conmemora a los profesionales de la comunicación de todo el mundo.
Desde ese primer día se reconocer que “una prensa libre, pluralista e independiente es un componente esencial de toda sociedad democrática”.
Por
la prensa nos enteramos de lo que ocurre en el mundo y es así como también
sabemos que en lo que va de año 22 periodistas han sido asesinados y 160
encarcelados en países que no conocen lo que es la libertad de pensamiento.
Actualmente hay más de 300 periodistas y blogueros que están encarcelados por difundir noticias o expresar su opinión.
En
España, afortunadamente, no hay casos de encarcelamiento ni de asesinato de
periodistas aunque vivimos algunos retrocesos en la libertad de información
como el producido con la llamada Ley Mordaza (Ley de Seguridad Ciudadana) y la
politización de las televisiones públicas por parte de los políticos de turno.