Va de pelos

Ayer participé en una tertulia sobre pelucas y sus múltiples usos y me quedé escandalizada cuando una participante nos comunicó lo que les había costado a ella y sus compañeras clavariesas cambiar la peluca a la imagen de la virgen de su parroquia.

Eran 900 euros, que no digo yo que el precio no merezca el trabajo realizado pero que no entiendo qué necesidad tiene una imagen de lucir una peluca de ese precio y esa calidad.

Claro que cada uno se puede gastar el dinero en lo que le venga en gana pero no parece que sea muy de recibo que predicando caridad cristiana y habiendo necesitados por el mundo o por el vecindario sin ir muy lejos, se gasten los parroquianos esos euros.

Vamos que si Jesús o María levantaran la cabeza se tirarían de los pelos.