Merienda típica de Semana Santa que hasta ahora no la hacía porque no me gusta la canela.
Y no me gusta esta especie porque cuando era pequeña y vivía
con mis tías, tenían la costumbre de disimular el fuerte sabor de la leche recién
ordeñada con canela.
A mí me daba arcadas la leche y como consecuencia odié la
canela.
Encontré un buen sustituto de esta especie con el azúcar moreno ya que le da el color y además tiene mucho sabor.
Ingredientes:
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1 barra de pan del día anterior
·
½ litro de leche
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Una corteza de naranja
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2 cucharadas de azúcar blanco
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Azúcar moreno
· 1 huevo
Preparación:
En un cazo ponemos la leche, la corteza de limón y el azúcar blanco y dejamos que rompa a hervir. Lo retiramos del fuego y dejamos tapado durante 15 minutos.
En una bandeja ponemos las rodajas de pan de unos 2 dedos de grosor y las bañamos con la leche templada procurando que queden bien empapadas, pero que no se rompan.
Escurrimos cada rebanada y la pasamos por huevo batido
Freír por ambos lados en una sartén con abundante aceite caliente hasta que estén dorada
Las rebozamos por ambos lados con azúcar moreno
y ya se pueden poner en una bandeja.