De lo que se estudia a la realidad, va todo un mundo

Allá por la “prehistoria”, cuando estudié mi primera carrera, se solía decir que de lo que se estudiaba a la realidad iba todo un mundo.

Hoy por hoy, esta frase popular sigue con plena vigencia y más si cabe en el mundo del Derecho, que es lo que estoy estudiando ahora.

Ejemplos tengo varios, pero el último ha sucedido esta pasada semana con la marcha atrás del Tribunal Supremo en referencia a las hipotecas.

Mis queridos profesores del Grado de Derecho nos han repetido una y mil veces que “la seguridad jurídica es la certeza del derecho que tiene el ciudadano de modo que su situación jurídica no será modificada más que por procedimientos regulares y conductos legales establecidos, previa y debidamente publicados.”

Hasta aquí la teoría, la práctica es otro cantar porque el mismo Tribunal Supremo, órgano jurisdiccional nacional que se encuentra en la cúspide de Poder Judicial, echa marcha atrás en una de sus sentencias que establecía que los bancos eran los que tenían que pagar el impuesto por las hipotecas (impuesto de actos jurídicos documentados) aludiendo a la enorme repercusión económica y social que ha generado.

Según el criterio del presidente de la Sala de lo Contencioso Administrativo es mejor no alterar el mundo financiero que echar por tierra todo el concepto de seguridad jurídica creando caos e incertidumbre en las entidades financieras, en los mortales que tenemos una hipoteca y en general en todos los ciudadanos españoles que creemos que estamos en Estado de Derecho y nuestra Constitución garantiza el principio de seguridad jurídica como así lo recoge su artículo 9.3.

Espero con verdadero interés las explicaciones de mis profesores.