Mientras unos no tienen prisa y se lo toman con calma pues tienen aún 4 años por delante para hacer y deshacer, caso de las Cortes Valencianas que tuvieron la última sesión plenaria el 3 de julio y tendrán la próxima el 9 de septiembre, a otros se les acaba el tiempo y abren el Congreso de los Diputados en julio y agosto para aprobar leyes pendientes antes de su disolución por la proximidad de las elecciones generales.
Siempre he creído que en el término medio está la virtud y en este caso también lo creo.
Ni hay que “tumbarse a la bartola” y pensar que ya empezaré a trabajar cuando venga septiembre porque en julio y agosto estoy de vacaciones ni hay que tener prisa en el último momento por aprobar leyes que sabes que después será difícil que se vean aplicadas por otros de distinto color al tuyo.
