Día de tormenta, día de recuerdos

Sola en mi habitación, veo llover desde mi ventana.
Observo a la  gente que corre para intentar guarecerse de la lluvia. Coches que pasan salpicando a las personas que van por la acera.
Puedo imaginarme el olor a tierra mojada y el sonido del agua formando charcos en la calle.



Pero mi mente sin querer se va hacía el recuerdo.
El recuerdo de sus besos y sus caricias El recuerdo de cómo me miraba y de cómo me hacía sentir especial, única.
Él se ha ido, ya no está, y tan solo me ha dejado el recuerdo que no me abandona.
De la librería cojo un libro y paso las hojas de prisa hasta que me detengo en un pasaje.
Es un poema sobre las despedidas y los reencuentros.
Ya me despedí de él en el hospital pero no habrá reencuentro pues él ya no está.
Se fue para no volver y me dejo sola. Sola en mi habitación, en mi piso y en mi vida.


De pronto un relámpago, seguido de un trueno, y vuelvo a mirar por la ventana.

No ha cambiado nada. La gente sigue intentando huir de la lluvia y yo aquí intentando huir de los recuerdos.