Observo a la gente que corre para intentar guarecerse de la
lluvia. Coches que pasan salpicando a las personas que van por la acera.
Puedo imaginarme el olor a tierra mojada y el sonido
del agua formando charcos en la calle.
El recuerdo de sus besos y sus caricias El recuerdo de
cómo me miraba y de cómo me hacía sentir especial, única.
Él se ha ido, ya no está, y tan solo me ha dejado el
recuerdo que no me abandona.
De la librería cojo un libro y paso las hojas de prisa
hasta que me detengo en un pasaje.
Es un poema sobre las despedidas y los reencuentros.
Ya me despedí de él en el hospital pero no habrá
reencuentro pues él ya no está.
Se fue para no volver y me dejo sola. Sola en mi
habitación, en mi piso y en mi vida.