Pasado unos días, después del duelo, toca analizar los sucesos.
Pienso que fue un error por parte del presidente francés, Hollande, calificar los atentados del pasado viernes como actos de guerra y darle entidad de Estado a una banda terrorista como es ISIS.
Entiendo
que una guerra es un conflicto bélico entre dos o más naciones y no es el caso
con lo que pasó en París.
El llamado Estado Islámico (ISIS) es un grupo terrorista, no un país por mucho que ellos reivindiquen territorios ocupados con la violencia.
El terrorismo utiliza el TERROR para coaccionar a sociedades y gobiernos utilizando las masacres como razón de su existencia. Decir que lo hacen en nombre de Alá es convertir en asesino a un Dios.
Vemos
titulares de periódicos con el lema “Francia
será implacable ante el acto de guerra yihadista”, y sí ha de ser
implacable pero en tomar medidas para que actos como los del pasado viernes no
se vuelvan a repetir.
Quizá
las autoridades galas deberían preguntarse cómo llegaron hasta estos
terroristas las abundantes y sofisticadas armas que portaban. No se pueden
comprar en unos grandes almacenes y son difícilmente ocultables para
transportarlas de un sitio a otro.