“Costumbre de toda la vida”… hasta que te matas

No es extraño leer alguna noticia en la sección de sucesos donde nos cuentan que una mujer de mediana edad se ha precipitado al vacío cuando estaba limpiando las persianas (o cristales) encaramada a la ventana de su casa situada en un cuarto piso (por ejemplo).

No quiero ser agorera pero será el caso de la que señora que se ha bautizado en prensa como la “mujer araña” (no Spiderman) gallega.

La semana pasada se mostraba por todo internet y, luego en prensa, la fotografía de una señora gallera de 65 años que limpia las persianas encaramada a la ventana de su casa, situada en un cuarto piso y sin ningún tipo de protección.



Fue reflejado como una anécdota graciosa, pero yo no veo la gracia por ningún sitio porque esa señora tendrá familia que habrá visto con horror cómo arriesga su vida.

Se  escapa a mi entendimiento el razonamiento por el que una persona ve como normal limpiar las persianas de su casa de esta forma. No logro entender esa forma de entender la limpieza de una casa.

Pero lo más escandaloso ha sido cuando la señora hizo una demostración para las cámaras de una conocida cadena de televisión española.

Me pregunto qué hubiera pasado si en ese momento tiene un mareo o un traspié y se cae.

Pues que se mata la señora, la presentadora finge sorpresa y consternación y la cadena de televisión aumenta su audiencia.