Hacer caso a las alertas y prevenir los riesgos

El pasado viernes viví una situación bastante calamitosa.

Por la mañana, aunque no tenía clase, había ido a la Facultad para asistir a unas jornadas que me resultaban complementarias a lo que estoy estudiando en Derecho Constitucional.
Aunque había riesgo de lluvias, nada hacía presagiar lo que pasó a lo largo de la mañana: una Facultad en caos pues por las diferentes puertas de entrada se colaba agua a raudales, los aseos situados en la planta baja se desbordaban y la gente que había acudido a clase resguardándose en el edificio central. Mientras la Universidad y más concretamente el decano, sobrepasado por lo que estaba ocurriendo, pensaba si cerrar todo o desalojar a la gente.
Como era de prever las medidas del viernes llegaron tarde.

Por mi parte pude salir del edificio con muchas dificultades y encaminarme hacia mi puesto de trabajo (soy enfermera).


Este domingo se advertía por parte de AEMET (Agencia estatal de meteorología) que la situación que se viviría el lunes iba a ser peor que la del viernes.
A las 9 de la noche estábamos en alerta por fuertes lluvias en toda la Comunidad Valenciana y muy especialmente en las provincias de Valencia y Alicante.


La Universidad de Valencia emitió un comunicado diciendo que como en las zonas donde se sitúan los Campus de Tarongers y de Blasco Ibáñez no eran de riesgo, no se interrumpirían las clases, dejando a sus suerte a la mayoría de los estudiantes que han de coger un coche o usar un transporte público para llegar a su Facultad.





















En un alarde de cinismo, el comunicado recomendaba a la comunidad universitaria que extremara las medidas de seguridad en sus desplazamientos.

No se aprende de lo que pasó el pasado viernes sino que se repite la falta de previsión ante un posible riesgo.
No sé yo mucho de protección civil pero si hay alertas por parte de un organismo estatal, hay que prevenir posibles riesgos, porque luego si pasa algo grave nos lamentaremos de lo no hecho. Si luego es menos, nos alegramos todos.

Con todo ello, no pretendo que la Comunidad Valenciana se pare por acontecimientos de este calado. Son necesarios servicios básicos, como la atención sanitaria o el trabajo de los bomberos pero los demás, como asistir o dar clases, se pueden posponer para otro día.