Viaje por la isla de Gran Bretaña (10º día)

Londres

Continuo el relato de lo que fueron mis vacaciones el año pasado.
Me había quedado en que la tarde anterior habíamos llegado a Londres procedentes de Bristol.
Tan solo nos dio tiempo a acomodarnos en el hotel y salir a cenar por la zona de Hammersmith (parte occidental de la ciudad)
Según íbamos paseando me di cuenta que iba a ser difícil marcar un itinerario para ver la ciudad pues es inmensa y hay muchas cosas para ver; pero teníamos un buen mapa, buenas piernas y muchas ganas.

Nos levantamos temprano y desayunamos en nuestra habitación. Cosa curiosa es que en este hotel el desayuno lo encargas por la noche y te lo sirven en la habitación con puntualidad británica.
Cogimos fuerzas porque el día prometía ser intenso: visita panorámica de la ciudad, Torre de Londres, Museo Británico y por la tarde tiempo libre para hacer una excursión por la ciudad.

Recorrido en autobús por las calles principales de Londres.
Comenzamos la excursión por la larga Kensington High Street y continuando por Kensington Road, teniendo a nuestra izquierda la vista del inmenso Hyde Park.

Vimos la verja de Kensington Palace, residencia de la que fuera princesa Lady Di y que ahora es de su hijo el príncipe Harry.

En el Royal Albert Hall hicimos una parada para ver el edificio que acoge la gran sala de conciertos.
En frente queda el Monumento al príncipe Alberto, esposo de la reina Victoria.

Otra vez en el autobús, nos desviamos hacia Queen's Street y vimos la fachada del impresionante Museo de Historia Natural.



Continuamos por Cromwell Road, llegamos hasta Knightsbrige y allí pudimos ver el Arco de Wellington cuya estructura está hueca por dentro albergando en su día una mini-central de policía. Hoy la mitad del arco es una chimenea de ventilación de la red de metro de Londres.




Continuando por Piccadilly Street acabamos en Piccadilly Circus, intersección de calles conocida por sus grandes pantallas de vídeo, sus carteles publicitarios de neón, la fuente memorial al Monumento de Shafterbury, Criterion Theatre y London Pavilion.


Por Whitehall llegamos a Parlament Square donde se encuentra la Abadía de Westminster y el Parlamento donde se alza majestuoso el Big Ben


Luego el Palacio de Buckingham. 

Ese día no había cambio de guardia y tuvimos que conformarnos con ver a algunos de ellos, inmóviles como estatuas, en sus garitas.


A partir de aquí no sé por dónde nos llevó el autobús pues había muchas calles cortadas al ser el día de la bicicleta.
No estuvo mal el recorrido porque vimos cosas que no hubiéramos visto por nuestra cuenta como por ejemplo
las casas invertidas en Blackfriards road

o la central de Scotlan Yard  






Visita a la Torre de Londres
Después de comer a la inglesa (fish and chips sentados en un banco de una plaza) visitamos la Torre de Londres, fortaleza tristemente conocida por las decapitaciones (ejecuciones por traición a la corona) que ocurrieron allí.


Hoy, aparte de ser una atracción turística, alberga en una cámara acorazada las Joyas de la Corona custodiadas por los Beefeaters, guardias con uniformes de la época Tudor.

 
Con el autobús que nos llevaría al siguiente destino pudimos recorrer el puente más famoso de Londres, Tower Bridge, y pudimos admirar las vistas del río Támesis y los edificios que están en sus márgenes.





Visita al Museo Británico
Ya al entrar nos dimos cuenta de que íbamos a necesitar por lo menos otra visita más para poder ver lo más significativo del museo.
Tan solo nos dio tiempo a ver la parte de Grecia.

Tarde libre para hacer una excursión por la ciudad
Desde el Museo Británico, en la zona de Bloomsbury, fuimos callejeando (vimos el Soho que es el barrio chino en Londres) hasta Picadilly Circus volviendo a ver la plaza y entrando en alguna tienda a curiosear.
También fuimos a Trafalgar Square, inmensa plaza presidida por la Columna de Nelson y donde se encuentra la National Gallery.

Bajando por Whitehall vimos Downing Street, calle fuertemente custodiada ya que en el número 10 se encuentra la residencia oficial del Primer Ministro.

Como ya estábamos cansados decidimos bajar hasta la parada de metro de Westminster (nuestra primera experiencia en el metro de Londres) y volvimos al hotel para cenar y descansar pues el día había sido duro pero muy provechoso.