¡Qué desagradecida es la política!

Desilusión es lo que debió sentir esta pasada semana Francisco Sosa Wagner, eurodiputado de UPyD, cuando vio como gente de su propio partido le apartaban, de un plumazo, de la portavocía del grupo ALDE (Alianza de los Liberales y Demócratas por Europa) en el Parlamento Europeo.

Se considera un hombre libre y como tal expresó la conveniencia de un acuerdo con el partido Ciudadanos para unir fuerzas en Europa. Le llamaron corrupto, traidor y oportunista por expresar una opinión.

Ahora, como persona coherente, deja el acta de eurodiputado (elegido en primarias para ser cabeza de lista de su partido y luego ganada el acta con el voto de los ciudadanos), abandona UPyD y vuelve a su actividad académica en la universidad de León y a su libertad.

Yo espero que, donde quiera que sus pasos le lleven, haga "la guerra por su cuenta".