Rodada en 1986 bajo la dirección de Roland Joffé, cuenta las vicisitudes del sacerdote y misionero jesuita Antonio Ruiz de Montoya (Lima 1585 - 1652) que dedicó gran parte de su vida a trabajar por las tribus indígenas guaraníes.
En la película, el guionista Robert Bolt, desdobla la personalidad del jesuita en dos personajes: el pacífico padre Gabriel (Jeremy Irons) y el militar Rodrigo Mendoza (Robert De Niro) y sitúa el desarrollo en un tiempo posterior (1750, disputa de la Colonia de Sacramento entre España y Portugal).
Fue ganadora de varios premios cinematográficos internacionales entre ellos el merecido Oscar a la mejor fotografía. Nadie como Chris Menges para retratar la belleza de las cataratas de Iguazú
Aunque es difícil destacar algo de la película porque todo me gusta de ella, me quedo con dos escenas:
- El sonido del oboe, elemento de comunicación entre los indígenas y el padre Gabriel en el tema "Gabriel's Oboe".
- Rodrigo (De Niro) tiene que cargar él solo con su armadura, que representa el peso de sus crímenes, por una ladera de las cataratas hasta la misión de San Carlos cuya cima significará el fin de la penitencia y el inicio de una vida nueva. Para mí, esta es la mejor escena de la película
Las dos frases finales te hacen pensar cómo es de destructiva la naturaleza del hombre.
-"Tenemos que trabajar en el mundo. El mundo es así"
-No. nosotros hacemos el mundo así".
La música corre a cargo de Ennio Morricone (Globo de Oro y Premio BAFTA 1987, no obtuvo el Oscar porque no era políticamente correcto)